jueves, 13 de julio de 2017

Del aburrimiento.


De vez en vez me examinan, bien veo en sus rostros la curiosidad por saber que hago con mi aburrimiento, la verdad es que no puedo estar aburrido, aquí en esta colonia lumpen en la que me origine, no hay tiempos muertos, o se trabaja o se usa la academia, naturalmente la segunda opción es la que toman los poco aptos, la raza inferior a toda eternidad, débiles y fuertes se mezclan y se ve muy homogeneo el cuerpo social; en fin,  siempre los disuado con alguna respuesta que les conforme, pero algunos de aquellos que se consideran buenos gramaticos les resulta muy precarios mis argumentos y se esfuerzan más por tratar de inmiscuirse en lo gris de mi cabeza, quieren un patrón, un molde, modelo, al fin y al cabo quieren ver orden, si no lo perciben, pues me he dado cuenta que lo siguiente es alejarse y no volver a entablar comunicación, no es raro esto, muy normal me resulta, no soy un competidor que pueda arrojar un resultado certero, yo siempre he estado aquí y el mundo va, pero a veces me da por competir y la victoria  la saboreo muy rara, ¿qué es este sentimiento?, como el que arrebata, dicen los de aquí que el que agandalla no batalla, y la ley de rey Herodes y demás caprichos populares, te sientes como en casa, ¿eso es el ser méxicano? quizá, ya habrá quien se ponga de acuerdo con definir este asunto, a mi me da igual el concierto de definir la verdad, me acuerdo que al prefecto romano no le fue descubierta está  cuando estaba frente a al cristo, ¿que puede agregar uno?   Entonces se ven heridos en su integridad moral supongo, ya solo desean no volver a encontrarme, es sordido el gusto por estos encuentros luego se retribuye el daño pero si no es de esa manera, he percibido, que su encono es mayor, hay veces que puedo saber por su faz que desean suprimir aquel encuentro, o que termine de una sola vez, pero tal vez simplemte me imagino todo esto, lo único que sucede es que no hay un motivo laboral o academico para el encuentro, de todas formas se pasa el tiempo bien jugando aquí en el concierto social, el vientre lleno y el pellejo tibio y seco.

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