miércoles, 26 de noviembre de 2008



Gobierno y Asuntos Públicos.
Maestro: Noé Pérez Bello.
Ramírez Bermúdez Pedro.
Comentario: Segunda conferencia; Los poderes de los ciudadanos y su Representación.

Hay preguntas que no se pueden omitir como ¿cuál es la mejor forma de justicia para que los ciudadanos cooperen de manera similar? ¿cuáles son los principios de tolerancia en una sociedad liberal? o ¿cómo es posible que exista una sociedad justa y estable, y que los individuos sigan divididos por doctrinas razonables? la sociedad tiene un concepto de justicia con base, muchas veces, en doctrinas comprensivas y razonables, esto último como una característica de personas comprometidas con sus iguales, y con cierto contenido de lo razonable, razón de tolerancia, en una sociedad pluralista y razonable, de hecho mas pluralista razonable, para lograr este acuerdo necesitamos adecuarnos en una posición razonable, así que moralmente hay que distinguir lo razonable de lo racional, para esto es conveniente recordar la tradición contractual, recordemos que mediante el pacto de un hombre con los demás, donde cada quien diga: autorizo y sedo mi derecho de gobernarme a mi mismo, a este hombre o esta asamblea de hombres, con la condición de que tu sedas tu derecho y autorices todas sus acciones de una manera similar, resulta ser lo mas razonable, en este sentido consideramos lo irrazonable como la negación a participar en este acuerdo, a no seguir las reglas del juego, lo racional en cambio implica que estas personas determinen ciertos fines, donde un agente racional tiende a cambiar estos fines muy frecuentemente, así pues lo racional implica la supresión del aspecto moral porque un comportamiento racional me evoca al óptimo de Pareto, entonces para exista una sociedad justa y estable debe dominar ciertamente un aspecto razonable sobre otro racional, si esto sucede la acción gubernamental probablemente sea mucho más eficaz, y podríamos argumentar que en una sociedad razonable todos los ciudadanos pactan de una manera razonable gracias a su poder moral, ahora bien regresando a los ciudadanos, cada uno de ellos posee una carga de juicio, la cual es necesaria, porque en el las sociedades democráticas se practica el liberalismo político (el cual se caracteriza por no comprometerse de lleno con una doctrina pero eso no implica que sea un desorden, es razonablemente pragmático), lo que posibilita la misma pluralidad, pero hay que distinguir de igual forma entre pluralismo y pluralismo razonable, ya que aquí también hay una cierta confrontación moral entre lo razonable y lo racional, ya que el pluralismo, entendido como la suma de cargas de juicio, produce en su seno la mutua dramática confrontación de cargas de valor haciendo que sea mas fácil una supresión de la misma pluralidad mediante el poder político
lo cual es irrazonable, así que estableciendo la justicia como imparcialidad la buena salud publica implica una eficaz concepción de la justicia misma, donde el pluralismo razonable sea reconocido como el más valido para que los ciudadanos sigan teniendo ejercicios estables de sus doctrinas.